Los serios problemas que
está experimentando la economía colombiana en términos del creciente desempleo,
se ven agravados por el comportamiento desfavorable que el tipo de cambio ha
venido presentando en las últimas semanas.
De persistir la tendencia
actual no solo se perdería competitividad y probablemente empleos en el sector
exportador, sino que los productores nacionales se verán sometidos a una fuerte
competencia con la producción importada, que eventualmente podría desplazar a
la producción nacional y, por esa vía, se acentuaría el problema del desempleo.
Si bien es cierto que la apreciación es muy fuerte, es importante destacar que no es un fenómeno exclusivo de nuestro país, ya que muchas monedas están experimentando este mismo fenómeno con respecto al dólar. No obstante, es preciso destacar que el peso colombiano es, actualmente, una de las monedas que más se ha fortalecido con respecto al dólar.
Dentro de las causas que permiten explicar este fenómeno a nivel mundial es importante destacar que ante la crisis financiera internacional la Reserva Federal (FED, por su sigla en inglés) de los Estados Unidos llevó a cabo una política monetaria que redujo de manera sustancial la tasa de interés y que hizo más atractivos los mercados emergentes, entre ellos el colombiano.
Si bien es cierto que la apreciación es muy fuerte, es importante destacar que no es un fenómeno exclusivo de nuestro país, ya que muchas monedas están experimentando este mismo fenómeno con respecto al dólar. No obstante, es preciso destacar que el peso colombiano es, actualmente, una de las monedas que más se ha fortalecido con respecto al dólar.
Dentro de las causas que permiten explicar este fenómeno a nivel mundial es importante destacar que ante la crisis financiera internacional la Reserva Federal (FED, por su sigla en inglés) de los Estados Unidos llevó a cabo una política monetaria que redujo de manera sustancial la tasa de interés y que hizo más atractivos los mercados emergentes, entre ellos el colombiano.
Con la reducción de la tasa
de interés por parte de la FED se pretendía evitar la profundización de la
crisis e incentivar el consumo y la inversión. Esto evitaría la profundización
de la crisis y la posterior recuperación de la economía estadounidense y, por
lo tanto, de la economía mundial.
Lo que ocurrió fue un
proceso generalizado de apreciación de muchas monedas. Este fenómeno ha hecho
que algunos analistas afirmen que de esa manera Estados Unidos exportó su
crisis. Resumiendo, se podría afirmar que esos diferenciales de las tasas de
interés entre Estados Unidos y Colombia fueron los primeros causantes de la
revaluación del peso colombiano.
La culpa no es del Emisor
A lo largo de 2009 se observó una sostenida apreciación del peso con respecto
al dólar, en un escenario de continua reducción de la tasa de interés por parte
del Banco de la República, lo cual permite concluir que no sólo son los
diferenciales de tasa de interés los que generan dicha apreciación.
Específicamente, la reducción de las tasa de interés, generaría menores incentivos a la entrada de dólares al país y, por esa vía, un aumento o por lo menos una estabilización del tipo de cambio. Pero nuevamente lo que se ha observado desde mediados de 2009 y que se ha acentuado en las últimas semanas, ha sido una permanente caída del dólar con respecto al peso.
La apreciación se ha vuelto
persistente a pesar de la política monetaria adoptada por el Banco de la
República durante todo el 2009 e incluso a pesar de las medidas recientemente
adoptadas para evitar la caída de dólar.
De hecho podría afirmarse
que el actual comportamiento del tipo de cambio en Colombia no se origina en la
política monetaria adoptada por el Banco de la República en los dos últimos
años. Todo lo contrario, con la política monetaria se ha buscado la manera de
contrarrestar la tendencia revaluacionista.
El golpe de la política fiscal
Habiendo aclarado que la
política monetaria no ha incidido de manera negativa en el comportamiento del
tipo de cambio, es necesario fijar la atención en lo que se ha hecho en
términos de política fiscal.
Es muy probable que sea la política fiscal adoptada por el actual gobierno la que permita explicar el comportamiento del tipo de cambio en el pasado reciente, en la actualidad y de mantenerse las medidas actuales, el comportamiento en el futuro inmediato.
Dentro de este conjunto de medidas, es importante destacar que las necesidades de financiamiento por parte del gobierno colombiano se han realizado con endeudamiento externo. Esto ha significado una entrada importante de dólares a la economía colombiana, hecho que se corrobora cuando se miran las cifras recientes deuda externa pública.
Es bueno precisar que algo similar ocurre cuando el gobierno se ha financiado internamente, pues se generan presiones al alza sobre las tasas de interés, generando incentivos a la entrada de capitales, acentuado de esta manera el fortalecimiento del peso con respecto al dólar.
Destrucción de empleos
La evidencia existente, así como los principales modelos teóricos básicos,
sugieren que el actual proceso de apreciación es consecuencia de un déficit
fiscal creciente, que independientemente de la fuente de financiamiento, sea
externa o interna, genera un ingreso directo de dólares que acentúa el problema
cambiario.
Es bueno aclarar que en un escenario recesivo como el actual no es prioritario -ni política ni económicamente- la reducción del déficit fiscal, sin embargo, lo que realmente preocupa es que ese exceso de gastos con respecto a los ingresos, no solo no esté generando mucho empleo, sino que lo esté destruyendo.
De hecho, lo que
eventualmente se ganaría en producción y empleo por mayor gasto público, se
pierde, y más que proporcionalmente, por la apreciación que genera el creciente
nivel de gasto. Esta situación es el típico trade off que se da entre gasto
público y sector externo en una economía pequeña con tipo de cambio flexible y
que resulta insostenible siempre que se experimenten serios problemas fiscales,
como el que afronta la economía colombiana.
El problema tiende a ser crítico si se considera que los ingresos del gobierno se han reducido de manera significativa como consecuencia de los menores recaudos tributarios en la actual situación de crisis.
La situación se agrava por la forma como el Gobierno hace política fiscal, específicamente, por las exenciones y los pactos de estabilidad tributaria con los grandes contribuyentes o el otorgamiento a dedo de las zonas francas, es decir, lo que en términos generales constituye la denominada confianza inversionista.
Más aún, medidas como la exención en el impuesto de renta a las empresas que adquieran bienes de capital, afecta no solo los recaudos, sino que destruye empleo, ante el encarecimiento relativo del trabajo con respecto al capital.
Por último, es bueno señalar que el reciente repunte de las exportaciones tradicionales, como consecuencia de los altos precios del petróleo, el carbón y el café, acentúa aún más el fenómeno revaluacionista e invita a tener una política fiscal acorde con la generación de empleo.
Igualmente, el desbordado gasto público genera un cambio en las expectativas de corto plazo, en la medida en que se espera que el dólar no va a ser escaso, lo que en un mercado altamente volátil como el cambiario, ha hecho que los agentes económicos decidieran realizar inversiones en otros activos y no en dólares. A eso obedece la recuperación de la Bolsa de Valores de Colombia, lo cual es paradójico en una época de recesión económica.
El país se encuentra entre los que más alcanzan crecimiento comercial,
pero hay varios lunares que no le permiten mayor expansión.
1.
La política.
Los escándalos
que se tejen en las altas esferas políticas del país son una de las principales
amenazas para atraer inversión extranjera. Pese a que el crecimiento en este
indicador ha aumentado en los últimos años, Colombia tiene un freno en lo que
tiene que ver con el manejo de gobernabilidad y manejo político, esto ha
llevado a que ocupe el puesto 19 entre los países con mayor riesgo político del
hemisferio, según ‘Mapa de riesgo político mundial’, hecho por Marsh, una consultora
de riesgos y seguros, citado por el diario La República.
1. La política.
Los
escándalos que se tejen en las altas esferas políticas del país son una de las
principales amenazas para atraer inversión extranjera. Pese a que el
crecimiento en este indicador ha aumentado en los últimos años, Colombia tiene
un freno en lo que tiene que ver con el manejo de gobernabilidad y manejo
político, esto ha llevado a que ocupe el puesto 19 entre los países con mayor
riesgo político del hemisferio, según ‘Mapa de riesgo político mundial’, hecho
por Marsh, una consultora de riesgos y seguros, citado por el diario La República.
2.
Terrorismo.
Entre 197
economías, el país el país está mejor posicionado que Argentina, Brasil y
Venezuela, sin embargo el tema del terrorismo traducido en atentados,
secuestros, y amenazas contra la población civil, entre otros, no permiten que
Colombia pueda estar entre los países con mayores perspectivas de crecimiento,
inclusive está por fuera de las 5 naciones que tendrán mayor expansión en
2014, según la revista The Economist.
3.
Seguridad humana.
Los
problemas de conflicto armado y terrorismo se dan especialmente en las zonas
rurales del país, pero en los cascos urbanos persisten amenazas a la seguridad
de los ciudadanos. Robos en sistemas de transporte masivos, atraco a mano
armada y problemas de delincuencia común, entre los obstáculos para el
desarrollo económico en las ciudades.
4. Crisis
del agro.
El año
pasado fue uno de los que marcó la historia del sector agricultor en el país. A
través de movilizaciones el Gobierno fue cuestionado por la falta de apoyo a
los pequeños y medianos productores, situación que llevó a que el Ejecutivo se
comprometiera con la destinación de recursos y para ello extendió por un año
más el desmonte del 4x1000, según el diario Portafolio.
La
principal amenaza, en se sentido, para la economía colombiana tiene que ver con
la sostenibilidad mediano y largo plazo en el sector y el aprovechamiento de
los recursos naturales, pero con garantías de compensación ambiental. Pese a
dicha amenaza, Bogotá –contrario a otras partes rurales el país– se encuentra
entre las mejores ciudades para hacer negocios, entre otras cosas, por su
trabajo en sostenibilidad ambiental, según un informe de la revista América Economía, citado por El
Espectador.
5.
Desigualdad social.
Este
factor espanta a los inversionistas teniendo en cuenta que el país se encuentra
en el tercer lugar en el listado de los países de América Latina más
desiguales.
"Cuando
hay desigualdad hay tensión social. La desigualdad es un monstruo de muchas
cabezas. La desigualdad reduce las oportunidades, los recursos, el espacio, el
consumo", aseguró en octubre pasado Eduardo López, director de
Investigación y Monitoreo ONU Hábitat Nairobi, citado por ese mismo diario.
La violencia, la ausencia de una clase política responsable,
la inexistencia del control público de la sociedad civil y la falta de
educación serán los obstáculos que tendrá que resolver Colombia si quiere
crecer a tasas del 8,0 y el 9,0 por ciento anual y disminuir los elevados
índices de pobreza.
¿Cuáles
han sido los dos grandes logros de la economía
colombiana en los últimos 25 años? María Mercedes Cuéllar de Martínez: Uno de
los principales logros es que se ha superado el alto grado de analfabetismo,
porque se está facilitando el acceso de la población a este servicio básico.
Sin embargo, todavía falta mucho por mejorar en materia de calidad de la
educación.
Otro
avance es que en el país se han logrado reducir las tasas de crecimiento de la
población. También hay que destacar que Colombia en los últimos años no ha
registrado tasas de crecimiento económico negativas, pese a la crisis de la
deuda externa, el narcotráfico y la guerrilla.
Javier
Fernández Riva: La forma prudente como el país manejó la crisis de la deuda fue
un logro especial en comparación con lo que sucedió en el resto de América
Latina. Si no se hubiera manejado bien la crisis de la deuda, la economía
tendría serias dificultades.
En
segundo lugar, el país ha logrado mantener un crecimiento económico sostenido,
a pesar de todos los problemas que se han tenido que afrontar. Por eso a nivel
internacional se asombran de ver que este país no se haya hundido.
Hay que
destacar también que el mayor crecimiento de la economía ha permitido un mejor
ingreso per capita, aunque ha ayudado el menor crecimiento demográfico.
Eduardo
Lora: Se destaca la estabilidad económica que ha tenido el país en los últimos
25 años. Se han evitado los fuertes altibajos en casi todas las variables,
especialmente en materia cambiaria, a pesar del fuerte ajuste que tuvo que
hacer Roberto Junguito, como ministro de Hacienda, en 1984.
Creo
además que fue un gran éxito disminuir la concentración del ingreso, que se
debió en gran parte a la revolución educativa. A finales de los años sesenta
teníamos uno de los niveles de concentración más altos del mundo.
En los
setenta logramos avanzar, pero desafortunadamente el proceso se estancó.
Otro
aspecto que merece un espacio destacado es la ausencia de populismo en las
políticas económicas ya que los gobiernos nunca se han propuesto metas
desbordadas.
Jorge
Ospina Sardi: Creo que el logro más sobresaliente es la estabilidad
macroeconómica, en especial el crecimiento económico sostenido que hemos tenido
a lo largo de estos últimos años.
Cuáles
creen que son las mayores amenazas para los próximos años? M.M. Cuéllar: Una
amenaza es la caída en el ahorro, proceso que hay que revertir porque el país
no puede seguir con esos niveles tan bajos. Ello implicará un freno en el
crecimiento económico.
Otra
amenaza es el manejo de las finanzas públicas. El país tiene que resolver si
quiere seguir adelante con el proceso de descentralización, pero ello implica
reducir el tamaño del Estado, ya que de lo contrario se puede producir un corto
circuito por la duplicidad de gastos. Es inconcebible seguir como estamos, hay
que escoger entre una cosa o la otra. Lo peor de los dos mundos es lo que está
ocurriendo en estos momentos.
J.
Fernández: La mayor amenaza es que no logremos dominar a la guerrilla, no sólo
porque perjudicará el desarrollo económico sino porque vamos a quedar aislados
de los demás países que pudieron hacerle frente a este flagelo. En Perú la acabaron
y se disparó la economía.
Creo
que hay un riesgo grande, una posibilidad de regresión económica. La situación
política del país y el freno que presenta la economía podría llevar al país a
un proteccionismo con el regreso de las licencias previas para importar.
Por esa
situación veo nubarrones fuertes sobre la economía y podrían ser mayores si se
llega a cristalizar la amenaza de una devaluación de golpe en Venezuela.
En el
terreno fiscal me parece que el problema no es tan grave. Ese se resuelve cuando
no hay plata. Si no hay, simplemente no se les gira a los municipios.
E.
Lora: Las mayores amenazas están en aquellos temas en los que no somos
conscientes. En cambio en temas como el gasto público, sobre el que el país
tiene claridad, yo no me preocuparía tanto.
La
descentralización es un reto y una amenaza porque hemos mantenido un alto gasto
central y seguimos con grandes gastos a nivel local.
Otra
amenaza que se puede convertir en una oportunidad, si la sabemos aprovechar, es
la bonanza petrolera. Hay que replantear el tema de las regalías porque aunque
el petróleo es un recurso de la Nación, el Estado prácticamente no va a
disponer del manejo de esas partidas ya que los ingresos por ese concepto se
girarán a las regiones. Otro de los grandes problemas es la falta de justicia.
En Colombia no hay un aparato judicial competente.
A ello
se suma que tenemos un país más corrupto que hace 25 años, problema que no se
resuelve con más normas sino devolviéndole a la sociedad el control público.
J.
Ospina: Primero quiero señalar que los principales errores de la política
económica en el pasado estuvieron relacionados con la restricción de la
inversión extranjera, los controles de cambios y de precios, las inversiones
como la del Cerrejón y el gasto público exagerado.
Hacia
el futuro veo una gran amenaza en la ineficiencia del sector público y el
estancamiento que hemos tenido en la justicia, los servicios públicos y la
educación, temas que siguen siendo críticos. Mientras que el sector privado se
ha modernizado y se está tratando de adaptar a las nuevas circunstancias, no
ocurre lo mismo con el Estado, que cada día es más grande, hecho que se refleja
en su participación en el Producto Interno Bruto (PIB).
El país
ha perdido mucho tiempo por falta de eficiencia estatal; la plata no rinde
porque se malgasta, el Estado no ha evolucionado para enfrentar los nuevos
problemas; hay intereses creados alrededor de la ineficiencia, un ejemplo de
ello es el manejo del orden público, porque seguimos utilizando los mismos procedimientos
de hace 20 años.
Cuáles
son las oportunidades que le ven a la economía colombiana para comienzos del
nuevo siglo? M.M. Cuéllar: Colombia no puede dejar pasar la oportunidad de
hacer una reforma política de fondo ya que todos los demás problemas están
vinculados con ese aspecto. En el país es muy difícil sacar en el Congreso un
sistema judicial lógico porque hay muchos intereses particulares. La justicia
en Colombia prácticamente está siendo dictada por delincuentes.
Por
ello es necesario introducir grandes cambios en el aspecto político y hacer un
sistema electoral que responda a los intereses de la Nación, pero para ello se
requiere más voluntad política.
J.
Fernández: Hablar de reforma política no me suena. Desde la Asamblea
Constituyente se sabía que la Constitución quedaría peor que antes. Y si se
vuelve a reformar, quedará peor.
Pero
hay oportunidades. En primer lugar, si se ataca la subversión, se disparará el
crecimiento de la economía. En segundo lugar, hay oportunidad de reducir el
narcotráfico, que se vaya a otro lado. Hay que concentrarse en esos dos grandes
problemas y una vez que se empiecen a resolver se liberarían recursos para
otras actividades.
E.
Lora: Hoy tenemos más que nunca la oportunidad dorada de reformar el sistema
político colombiano. En medio del derrumbe de esta institución estamos más
cerca de la solución porque la gente se está dando cuenta de que el sistema
hizo crisis y que hay unos partidos que no pueden cambiar nada.
Por
ello, es necesario imponer un esquema de oposición y definir todo lo
relacionado con la financiación de los partidos políticos. En cambio, considero
que las grandes oportunidades para bajar la inflación ya se perdieron. El
próximo año vamos a tener más indexación si se hace un pacto social a medias.
J.
Ospina: Tenemos la oportunidad de bajar la inflación porque están dadas las
condiciones para ello: la economía está abierta, hay una junta del Banco de la
República independiente a la que le ha faltado fijarse metas más ambiciosas.
Además, no se ven factores de riesgo en el sector externo. Si la crisis
política afecta los flujos de capital ello contribuirá a que se pueda reducir
más la inflación.
Otra
oportunidad que se está perdiendo es continuar impulsando los acuerdos
comerciales de integración. Los países de Mercosur están acelerando estos
procesos y nosotros nos estamos quedando.
Al
sector petrolero también debemos dedicarle mayor atención porque se puede
perder una valiosa oportunidad de progreso debido a que el sector no es
competitivo para atraer la inversión extranjera.
Qué
creen que es factible lograr en crecimiento económico, inflación, desempleo y
disminución de la pobreza? M.M. Cuéllar: El país no puede seguir fijando metas
de inflación a un año, eso es medio ridículo. Se deben fijar objetivos de mayor
plazo, por ejemplo, a cinco años. Yo sí creo que la inflación puede estar por
debajo del 10 por ciento antes del año 2000.
Hay que
poner a crecer la economía colombiana al 8,0 por ciento, pero para ello se
necesita coordinación en las políticas. Mientras el país crezca, disminuya el
desempleo y aumenten los salarios, en términos reales, disminuirá el nivel de
pobreza.
J.
Fernández: Todos los pronósticos sobre el crecimiento del PIB para finales del
siglo son más o menos los mismos del pasado. Pero no es razonable crecer al 4,5
por ciento con todo lo que se ha invertido. Perú y Chile han crecido mucho.
La
economía no va a crecer más del 5,0 por ciento. Es más, temo que estemos a
punto de entrar en una estanflación en los próximos años (estancamiento con
inflación). En este momento es claro que el gobierno está paralizado, que la
inversión se va a desplomar, que las cifras de desempleo son impredecibles, que
la construcción se está cayendo y que la guerra contra los narcos ha frenado el
crecimiento de muchos servicios.
En
materia de inflación, a menos que nos demos otra vez la pela (una pela
cambiaria), nos quedaremos patinando.
El
manejo de los salarios en los próximos años no será fácil. Pero en la lucha
contra la disminución de la pobreza hay una tendencia a bajar, aunque se podría
lograr más en ese campo si se disminuye más el crecimiento de la población.
Incluso con un crecimiento de 5,0 por ciento anual, sostenido, se puede seguir
reduciendo la pobreza.
E.
Lora: El impacto de la inversión sobre el crecimiento no es muy grande porque
tenemos restricción en capital humano e infraestructura. El crecimiento no se
puede dar solo con la variable inversión en capital físico. Resultará muy
difícil lograr que el crecimiento del país supere el 4,5 o 5,0 por ciento
anual, bajo las actuales circunstancias.
Además,
creo que las oportunidades de bajar la inflación a menos del 10 por ciento ya
se perdieron.
J.
Ospina: No están dadas las condiciones para crecer a más del 5,0 por ciento.